Accor anuncia la apertura de su tercer establecimiento de la marca Sofitel en el país, con inmejorables vistas al Caribe y un vivero que cultiva especies vegetales autóctonas.

Esta nueva propiedad, que ya dio la bienvenida a sus primeros huéspedes, ofrece un lujoso refugio en las idílicas costas de arena blanca de Isla Barú.

Celebrar la cultura y la biodiversidad locales

Sofitel Barú Calablanca Beach Resort combina las raíces francesas de la marca de hoteles de lujo con la inspiración de su entorno costero caribeño. El complejo está situado a 25 minutos de Cartagena, en medio de la belleza natural de la Isla Barú.

En total, el complejo cuenta con 187 elegantes habitaciones y suites, incluida una suite presidencial. Además, las opciones de alojamiento cuentan con balcones y terrazas frente a las aguas turquesas del Caribe.

David Mulin, director general de Sofitel Barú Calablanca Beach Resort, comenta: «Estamos encantados de presentar nuestro proyecto como un hotel respetuoso con el medio ambiente que elevará el perfil turístico de Barú e introducirá el destino en la escena mundial del lujo. Este paraíso tropical lo tiene todo: biodiversidad, paisajes naturales y, sobre todo, una identidad cultural que lo hace único en el Caribe».

Como reflejo de la extraordinaria biodiversidad de su entorno, el complejo se compromete a seguir prácticas sostenibles. Incluso tiene su propio vivero, donde se cultivan numerosas especies de plantas autóctonas.

«Es el primer y único hotel en Barú y el Caribe colombiano que cuenta con la certificación LEED, reconocida mundialmente por la excelencia en la construcción sostenible —añade Thomas Dubaere, director general de Accor en Sudamérica—. Este aval demuestra el compromiso del hotel de ser una operación sostenible y amigable con el medio ambiente».

Un programa F&B variado

El tercer resort de la marca Sofitel en Colombia alberga tres restaurantes y hasta siete bares, cada uno bajo la dirección culinaria del chef Patrice Guaus.

El Restaurante y Bar Calablanca sirve platos tradicionales colombianos y mediterráneos, destacando los productos locales y las técnicas culinarias ancestrales. Otro punto culinario destacado es el Restaurante y Bar Humo, que emplea un concepto de robata, mientras que otros espacios sociales destacados son el Lobby Lounge, el bar de la terraza de la azotea La Pérgola y tres bares junto a la piscina.

Los huéspedes pueden relajarse en el spa del complejo, que cuenta con cuatro cabinas de tratamiento, un sauna, un baño turco y una sala de yoga. Otras instalaciones incluyen un club infantil y un centro de convenciones con seis salas para reuniones y eventos.

La experiencia del complejo se ve reforzada por la incorporación de un rico programa cultural y de aventura al aire libre en el que se ofrecen experiencias en colaboración con la comunidad local. Entre las actividades que se ofrecen están las clases de música, las excursiones ecológicas a pie y en catamarán, y buceo.

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